jueves, 11 de septiembre de 2008

Reprender a los hijos pero sin humillarlos

APRENDIENDO JUNTOS



En esta oportunidad me gustaria compartir con ustedes este interesante tema que hace la doctora Lupe Maestre, con respecto a la humillación de la que son víctimas nuestros hijos; nosotros los padres muchas veces guiados por la ira hacemos estos actos sin darnos cuenta que hacemos daño a nuestros hijos; es por ello que pido leer este artículo con mucha atención y recapacitar al respecto.

Por Lupe Maestre:

"Una de las cosas más difíciles que los seres humanos tenemos que aprender a controlar es nuestra ira, sobre todo cuando las otras personas no hacen lo que esperamos.
Esta furia puede ser tan violenta que nos puede llevar a decir palabrotas, insultos, ofensas y burlas, lo cual genera que quien esté delante de nosotros, quede adolorido por mucho tiempo. Imaginemos cuánto más es esto si se lo hacemos a un niño y, peor aún, si ese niño es tu hijo.
En un principio, el niño siempre se sentirá responsable por todo lo malo que pasa a su alrededor y las culpas suelen hacer mucho daño. Bastante tiene con eso, y si encima viene la madre, la hermana, el padre o cualquier otra persona que él ama y le dice o lo hace sentir que no sirve para nada, entonces él no solo creerá que es culpable sino que además es un ser indigno de amor.
Es como mirarse a un espejo y verse roto, sin tener algo bueno y sin merecer nada.
¿Cuántas veces al reprender a tu hijo has dejado salir tu furia? Sentimiento que no corresponde a la situación y has terminado humillándolo, hasta el extremo de hacerlo llorar. Quizás hasta se ha orinado, se ha aislado o ha presentado señales que dicen “no valgo nada”.
Es fundamental, como padres, llamarles la atención sobre alguna mala actitud que hayan tenido pero no sobre su persona sino ayudándolos a diferenciar que estamos enojados con una conducta inadecuada, que podemos estar mucho tiempo molestos, pero que lo que ellos son, sigue intacto para nosotros.
Esta diferenciación no es fácil pues el niño lo lee simplemente como una misma cosa, pero debemos señalarlo tantas veces como sea necesario.
Veamos el tipo de humillaciones más frecuente y que nunca debemos realizar:
• Burlarnos de sus dificultades y/o limitaciones.
• Imitarlos burlonamente.
• Ridiculizarlos en público.
• Gritarles delante de otros.
• Compararlos con otros niños.
• Hablar de sus miedos.
• Contar a otros las dificultades privadas de él.
• Criticarlos en público.
• Hacerles pasar vergüenza por conductas inadecuadas de los mayores.
• Burlarnos de su sexualidad, su género y su cuerpo."

Fuente: http://blogs.rpp.com.pe/confidencias/?name=reprender-a-los-hijos-pero-sin-humillarlos